La minería romana de Pino de Oro
Pino de Oro
Las mineralizaciones de oro explotadas por los romanos en Pino (Zamora) se encuentran dentro del Granito de Ricobayo. Se trata de una roca magmática formada por fusión de la corteza terrestre cuando estuvo sometida a altas presiones y temperaturas, en este caso debido a un gran engrosamiento de la corteza ocasionado por el choque entre dos continentes (Gondwana en el S y Laurassia en el N), que dio lugar al último supercontinente de la historia terrestre (Pangea).
La colisión continental generó una gran cadena montañosa (llamada orogenia Varisca) deformando intensamente las rocas mediante pliegues, fallas, etc. Hacia el final de la larga historia de los procesos orogénicos variscos, en todo el NW de la península Ibérica se creó un conjunto de grandes bandas de deformación verticales de cientos de km de longitud y varios km de anchura que acomodaron las últimas deformaciones. Estas estructuras gigantes sufrieron desplazamientos laterales de las rocas desde unos pocos, hasta cientos de kilómetros en alguna de ellas (la de Juzbado-Penalva do Castelo). La de Villacampo (Zamora), de dirección NW-SE, desplazó las rocas del N unos 3-5 km hacia el E respecto de las del S; esta banda de cizalla se puede seguir durante decenas de km y finaliza en su extremo NW en el Granito de Ricobayo. Las bandas de cizalla terminan curvándose y ramificándose en lo que llamamos un abanico extensional. Este último adjetivo es debido a que el movimiento relativo de la banda de cizalla genera una falta de material rocoso en uno de los lados, en la zona que pasa de no moverse a desplazarse kilómetros. En este sector extensional se producen bandas de cizalla de un orden menor y sentido de movimiento contrario que son las que hospedan las mineralizaciones de oro; en nuestro caso NE-SW y situadas alrededor de la localidad de Pino.
